En cuanto quedaron fuera de nuestro campo visual, me volví hacia Streak.

Boone lo cogió rápidamente mientras sujetaba a Streak con la otra mano.

Zan efectuó unos cuantos movimientos con la cabeza que Streak observó detenidamente.

Streak retrocedió un poco, como si pensara que me había vuelto loco.

Streak me soltó en cuanto mencioné a los vampanezes, con un gruñido bajo.

Cuando la loba se tranquilizó, Streak se incorporó y ambos intercambiaron intensas miradas.

Los lobos me siguieron, aunque solo Streak caminaba a mi lado.

Asentí, abatido, y me incliné hacia Streak para rascarle las orejas.

Streak se sentó erguido, levantó las orejas y erizó la pelambrera.

La pelea proseguía, y era obvio que Streak estaba derrotando al otro lobo.

Mientras iba recuperando las fuerzas, Streak me traía comida y bayas.

El puño de Streak golpeó como un mazo en el pómulo de Boone.

Y quería hacer salir de aquí a Streak antes de que lo dijera.

Streak bajó del caballo y se quedó erguido sosteniendo su arma.

Las orejas de Streak se alzaron; escuchó un momento, y entonces respondió al aullido.

Streak continuó su largo descenso, produciendo un estallido sónico que hizo temblar el terreno.